jueves, 29 de marzo de 2012
Qi falaq?
Lo bueno de estudiar árabe libanés es que es de lo más inútil, pues fuera de la clase no se puede utilizar con nadie y nadie puede criticar tu pronunciación. Lo malo del asunto es que da mucha hambre. Comienzas a hablarlo y en lugar de transportarte en tu alfombra mágica a un reino lejano, te transportas a una cocina oriental, donde alguna matrona cejuda y narizona está moliendo habas, picando piñones y pelando dátiles... mmm... ¡ahora entiendo a Zaida, Zoraida y Zorahaida!
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
3 comentarios:
¡Buenísimo, árabe! Contanos tus progresos acá así aprendemos algo. Lo que parece inútil deja de serlo cuando aprendemos en qué usarlo y creo que debe haber unos cuantos millones que lo usen a diario. Besos sureños!
Gracias, Luc. ¡Así lo haré! Shokran!
Shokran ¿es gracias o saludos?
Publicar un comentario