domingo, 14 de octubre de 2012

Don't cry for me, Argentina!
¡Qué curiosos son los argentinos! Tan parecidos a nosotros y tan diferentes al mismo tiempo. Uno piensa siempre que el hablar el mismo lenguaje, habitar el mismo continente y regatear el horario es ser más o menos iguales... y no. Porque bueno, si muchos de nuestros términos culinarios son malas palabras entre ellos... ¡cuándo nosotros vivimos para comer! Caramba, no en balde somos el 1o lugar mundial en obesidad infantil y 2o lugar en adultos... claro, no sólo es comida. Ellos podrán constatar cómo, en esta ciudad tan surrealista, sabes cuándo sales de tu casa, pero no sabes cuándo llegas a tu destino! Todo puede suceder: obras, semáforos descompuestos, marchas, lluvia torrencial, concierto, lo que sea, con tal de atropellar tu paso y hacerte llegar 2 ó 3 horas tarde. Sólo un verdadero defeño lo sabe. En fin, esta historia continuará...