domingo, 6 de julio de 2008

La educación

Estoy embobada con Wimbledon. Más que con el tenis, vengo a darme cuenta de lo que es la educación británica. Claro, entre los que están educados, que no son la mayoría. En este caso sí lo fueron, pues tuvieron más de 200 libras para asistir a la final del torneo. Estoy impactada. No me gusta el futbol, pro sé que cualquier partido conlleva banda, porra, gritos, banderas y chicas con escotes distractores. Supongo que igual sucede en el beis y el basket. Los demás deportes no atraen multitudes. Sin embargo el tenis tiene sus adeptos y su fin último: Wimbledon, que ocurre cada julio en Londres. Hoy presencié una final memorable. Rafa vs Roger. Nada qué comentar del partido, muchos lo harán mejor que yo. Lo que me dejó anonadada fue el publico. Qué educaciòn, què decencia, qué maneras. Entre punto y punto, sobre todo al final, gritaban, se ponìan de pie, alzaban banderas. Pero cuando el juez decía "Quiet!" todos en silencio, en su lugar, cual operaciòn a corazón abierto. Qué impresiòn. Qué eduaciòn. Sin mencionar la cancha perfecta, con fotógrafos sólo tomando fotos entre los puntos. Con jugadores perfectamente uniformados en blanco. Con canchas sin anuncios de ningún tipo Con jueces y equipo de apoyo perfectamente uniformados. Con césped perfectamente desgastado por los partidos disputados. Con jueces adiestrados en un perfecto inglés. Y claro, el duque entregando la copa.... vaya que son Brits.

5 comentarios:

odette farrell dijo...

Qué vida la tuya! Bailar el jarabe y ver tenis :)

Walter Leonardo Doti - (Filosofo Multimedia) dijo...

Se alejan de la exuberancia desordenada de la vida, se alejan de la riqueza del descontrol. Muy poco dionisíacos.
Será por eso que los adoro. :)

P dijo...

Cuento breve:

El hombre entra al negocio porque quiere comprar una mesa. Es una mueblería, pero no antigua. Le ofrecen de varios tipos y modelos, pero el hombre no se decide y se va.

Darth Tater dijo...

Odette,

Sí, así de fútil es mi vida...

WLD,

¡La riqueza del descontrol! Me gustó el término. Si no le parece mal, lo copiaré, pues me temo que soy una descontrolada.

Palbo,

Qué delicia, adoro los minicuentos, ¡me dio en mi mero mole! Gracias, gracias, gracias. ¿Será que quería la mesa redonda de los caballeros y no la encontró?

Emilio dijo...

Lástima de los extraños shorts y de la camisa sin mangas de Nadal (quien, por otra parte, ofreció uno de los partidos de la historia). bravo también por federer.